lunes, 28 de febrero de 2011

Libro: Al Anochecer. Capítulo.9.

Manu pasó la noche en mi casa, ya que mis padres no estaban. Las caricias, lo besos, todo el amor quedó bajo las sábanas de mi cama. Todo fue maravilloso, un sueño imposible de olvidar. Pero, algo iba mal. Los ojos de él eran oscuros casi negro, su cara era distinta.
-Manu, ¿estás bien?.- No me respondió, tan sólo me apartó de él.- ¿Qué pasa?.- dije sorprendida.
Me miró y observé sus afilados colmillos. Rápidamente se marchó de mi habitación. Pensé que no podía ser un vampiro. Pero sus ojos, sus colmillos... no podía quitarme esa imagen de la cabeza.
Por la mañana, Manu estaba en la puerta, esperándome como si nada hubiese ocurrido.
-Tenemos que hablar, Manu.- Le miré fijamente a los ojos.
-No pasa nada, Kris, todo está bien.-
Negué con la cabeza.
-No, nada está bien. ¿Me puedes explicar lo de anoche?.-
-Kris, basta ya.- Se dio media vuelta.
-¡Sé lo que eres!.-
Rápidamente se dirigió a mí, me tapó la boca.
-Por tu bien, es mejor así.-
-Eres un vampiro.- Susurré.- ¿Verdad?
Le miré esperando a que me diera otra respuesta, pero, sabía que no iba a ser así.
-Sí.-
Me quedé sin palabras, sin saber qué decir.
-No quería que lo supieras, por lo mismo, porque sabía que me odiarías.- Me miró.
-Pero, me has mentido.- Le aguanté la mirada.- Me has mentido sobre todo.-
-No, cuando te digo que te amo es verdad.-
-¿Un vampiro, puede llegar a amar?.- Le pregunté irónicamente.
-Tú me has hecho sentir, Kris.-
-Yo no quiero que me dejes y te vayas, no puedo.- La cabeza me daba vueltas.
-No te dejaré sóla, ahora, que sabes lo que soy.- Me miró de nuevo.- Yo me iba a ir para poder darte libertad, para que no estuvieras en peligro.-
-A mí me da igual estar en peligro, sólo quiero estar contigo.- Me acerqué a él.
-Te prometo que te voy a proteger.-
-Entonces, ¿te quedas?.-
-Sé que mi decisión puede que te lleve a estar en peligro, pero, si me voy también lo estarás porque ahora sabes lo que somos mi familia y yo.-
-¿Hay más como tú?.- Pregunté.
-Sí, y más peligrosos.-
Tragué saliva sin poder decir nada más.
-Por eso, si no sabías nada, podrías seguir con tu vida normal, pero, por culpa mía ahora ya no.-
-Tú no tienes la culpa de nada, soy yo la que he decidido estar contigo.- Le acaricié la mejilla.- Yo soy la culpable.-
Me besó como nunca antes me había besado. La verdad era que, Manu, era un vampiro. Pero, no me importaba nada porque lo amaba.

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