domingo, 3 de julio de 2011

Libro: Al Anochecer. Capítulo.12.

Me desperté algo confusa en un lugar que no era mi habitación. Estaba en la habitación de Manu. Lo llamé pero nadie contestó, así que, supuse que había salido. Me levanté de la cama, bajé las escaleras y me dirigí hacia la puerta para salir porque, por mucho que lo amara, lo que había vivido la noche anterior me asustó, no quería pasar ni unsegundo más en esa casa pero al abrir la puerta me lo encontré de frente.
-Manu...- Le miré pero al rato bajé la mirada.- No puedo estar aquí, tengo que irme.
-No puedo obligarte a estar aquí, pero corres peligro y si sales por esta puerta no podré protegerte.-
Le volví a mirar, sabía que él no me mentía que lo que me contaba era verdad pero hasta hace poco yo no era nadie, no tenía que esconderme de nada.
-¿Qué mas da? Además mis padres volverán pronto tengo que verles.- Dije como si quisiera ser valiente pero la verdad es que ya no tenía fuerzas para hacerme la valiente.
-Tus padres no van a volver por ahora.-
-Tienes razón, volverán por la tarde pero no tienes que preocuparte...-
-...Tus padres no van a venir ni siquiera por la tarde.- Me interrumpió.
-¿Qué?.-
-Tienen cosas que hacer, ¿crees que te tengo aquí encerrada por gusto?.-
-Dime qué quieren de mí, qué soy... No entiendo nada.- Cerré los ojos con fuerza deseando que sólo fuera un sueño pero al abrirlos de nuevo supe que no lo era.
-Ya te lo dije eres una vampiro pero eres una vampiro original, solo que te comportas como una humana porque todvía no has desarrollado tu sentido vampírico.-
-Pero yo no me alimento de sangre ni cosas de esas.-
-Todavía no has desarrollado tu sentido vampírico.- Repitió insistiendo.
Me estaba volviendo loca quería saberlo todo pero él único que me podía contar cosas era Manu, y él me estaba empezando a asustar. Necesitaba a mis padres, necesitaba que me contasen la verdad. Estaba realmente asustada todo estaba cambiando ya nada era lo mismo.

miércoles, 29 de junio de 2011

Libro: Al Anochecer. Capítulo.11.

Al escuchar mi nombre, abrí los ojos. Allí estaba él con su hermosa sonrisa y su mirada sincera.
-¡Manu!.- Lo abracé sin pensarlo.
-¿Estás bien?.- Me acarició la mejilla con su mano.
-Sí, no te preocupes.-
-Siento haber hecho eso... lo de tu sangre... ya sabes.- Dijo disculpándose por lo sucedido.
-En serio, tenías que hacerlo y yo te lo ofrecí.- Sonreí levemente.- ¿Por qué dijiste que tienes que protegerme? ¿De qué?.- Le miré extrañada.
-Porque eres importante para nosotros, los vampiros.-
-¿Importante? Sólo soy una persona más, una humana más.-
-Eso es lo que tú crees, además, si estoy aquí no es casualidad.- Me miró mientras me dedicaba una dulce sonrisa.
-Entonces, ¿puedes explicarme por qué soy importante?.-
-Eres una vampira original, borraron todos tus recuerdos para que pudieras tener una vida normal, una vida humana.-
No sabía que decir en ese momento, no lo podía creer. Mis padres eran humanos, yo no podía ser una vampira, yo no me alimentaba de sangre.
-Yo te protejo porque esa es mi misión, porque tenía que decirte quién eras verdadermente.-
-No puedo creerte, entiéndelo.- Me levanté del sofá.- Tengo que... irme.-
-Por favor, lo que te dije es verdad, créeme.-
Negué con la cabeza, no podía creer todo lo que había dicho, era imposible. Corrí hasta la puerta pero Manu se puso delante de mí.
-No puedes irte, ahora que te conocen y que saben quién eres, todo es peligroso para ti.-
-Tampoco voy a quedarme aquí.- Intenté apartarle para abrir la puerta.
-Lo siento de nuevo.-
Me puso su mano en mi cabeza, exactamente en la frente. En ese momento caí delante de él, desmayándome.
¿Y si mis padres no fuesen quiénes dicen que son? ¿Y si ni siquiera fueran mis verdaderos padres?

martes, 28 de junio de 2011

Libro: Al Anochecer. Capítulo.10.

Había pasado una semana sin verle. No había vuelto a saber nada de él. Le mandé varios mensajes pero nunca me respondió, ni siquiera me cogió el móvil. Tenía exámenes finales, iba a terminar ya el curso y, la verdad, no me concentraba.
Ya había vuelto de la escuela, y era viernes. Le volví a mandar otro mensaje a Manu.. Otro más de los que nunca me contestaba. Me conecté al ordenador, vi que había un mensaje pero no ponía ningún nombre: "Ven a las diez al parque". En ese momento, sólo pensé que podía ser Manu.
Intenté averiguar de dónde venía ese mensaje pero no tuve suerte, no sabía nada.
Me di una ducha para relajarme, intenté no pensar en el mensaje pero no pude. No sabía si ir o no, pero no me quedaba otra. Me vestí rápidamente, bajé las escaleras y me dirigí hasta el parque.
Ya habían pasado diez minutos. En ese momento alguien apareció pero no me dio tiempo a saber quién era.
Aparecí en un bosque o al menos eso es lo que parecía. Escuché unos pasos, pensé en irme pero no sabía a donde ir, no conocía ese lugar.
-¿Manu?.- Dije asustada.
-Así que al final vino tu enamorada.- Me di la vuelta, había dos personas.- Tenía ganas de verla por fin.-
Estaba oscuro pero pude reconocer a Manu.
-¡Manu!.- Grité.- ¡Suéltelo!.-
Sin oponerse, lo soltó. Parecía débil.
-Espero que se lo cuentes algún día, porque ahora nada es seguro para nosotros, ni para ella.- Sin decir nada más desapareció.
Corrí hasta Manu, parecía cansado y débil.
-¿Qué te pasa?¿Por qué es peligroso?.-
-Soy un vampiro, eso ya lo sabes pero soy un guardián o protector como lo quieras llamar.-Dijo con voz débil.
-¿A quién o qué proteges?.- Le miré preocupada.
-A ti.-
Sentí un escalofrío al escuchar eso.
-Necesitas.. sangre ¿no es así?.- Pregunté, poniéndole mi brazo delante.
-¿Qué haces?.-
-¿No quieres sangre?.- Pregunté extrañada.
-Te acabo de decir que te estoy protegiendo, y ¿tú me ofreces que beba de tu sangre?.-
-No puedes protegerme si te mueres... aunque no sé si se puede morir un vampiro.-
-Si que puedo morir, bueno más bien desaparecer, es difícil pero.. se puede.- Parecía a punto de desmayarse o algo así.
-Pues bebe.- Dije obligándolo a que bebiera.
-Lo siento.-
Me mordió el brazo y bebió de mi sangre, era algo doloroso pero después no sentí nada.
-Manu...-. Susurré al sentirme mareada, hasta que al final me desmayé.

lunes, 28 de febrero de 2011

Libro: Al Anochecer. Capítulo.9.

Manu pasó la noche en mi casa, ya que mis padres no estaban. Las caricias, lo besos, todo el amor quedó bajo las sábanas de mi cama. Todo fue maravilloso, un sueño imposible de olvidar. Pero, algo iba mal. Los ojos de él eran oscuros casi negro, su cara era distinta.
-Manu, ¿estás bien?.- No me respondió, tan sólo me apartó de él.- ¿Qué pasa?.- dije sorprendida.
Me miró y observé sus afilados colmillos. Rápidamente se marchó de mi habitación. Pensé que no podía ser un vampiro. Pero sus ojos, sus colmillos... no podía quitarme esa imagen de la cabeza.
Por la mañana, Manu estaba en la puerta, esperándome como si nada hubiese ocurrido.
-Tenemos que hablar, Manu.- Le miré fijamente a los ojos.
-No pasa nada, Kris, todo está bien.-
Negué con la cabeza.
-No, nada está bien. ¿Me puedes explicar lo de anoche?.-
-Kris, basta ya.- Se dio media vuelta.
-¡Sé lo que eres!.-
Rápidamente se dirigió a mí, me tapó la boca.
-Por tu bien, es mejor así.-
-Eres un vampiro.- Susurré.- ¿Verdad?
Le miré esperando a que me diera otra respuesta, pero, sabía que no iba a ser así.
-Sí.-
Me quedé sin palabras, sin saber qué decir.
-No quería que lo supieras, por lo mismo, porque sabía que me odiarías.- Me miró.
-Pero, me has mentido.- Le aguanté la mirada.- Me has mentido sobre todo.-
-No, cuando te digo que te amo es verdad.-
-¿Un vampiro, puede llegar a amar?.- Le pregunté irónicamente.
-Tú me has hecho sentir, Kris.-
-Yo no quiero que me dejes y te vayas, no puedo.- La cabeza me daba vueltas.
-No te dejaré sóla, ahora, que sabes lo que soy.- Me miró de nuevo.- Yo me iba a ir para poder darte libertad, para que no estuvieras en peligro.-
-A mí me da igual estar en peligro, sólo quiero estar contigo.- Me acerqué a él.
-Te prometo que te voy a proteger.-
-Entonces, ¿te quedas?.-
-Sé que mi decisión puede que te lleve a estar en peligro, pero, si me voy también lo estarás porque ahora sabes lo que somos mi familia y yo.-
-¿Hay más como tú?.- Pregunté.
-Sí, y más peligrosos.-
Tragué saliva sin poder decir nada más.
-Por eso, si no sabías nada, podrías seguir con tu vida normal, pero, por culpa mía ahora ya no.-
-Tú no tienes la culpa de nada, soy yo la que he decidido estar contigo.- Le acaricié la mejilla.- Yo soy la culpable.-
Me besó como nunca antes me había besado. La verdad era que, Manu, era un vampiro. Pero, no me importaba nada porque lo amaba.